Hay un riesgo real en el que la innovación en tecnologías verdes se esté desacelerando debido a la falta de inversión y de interés.
La primera compañía solar del emprendedor Brad Hines se fue a la quiebra, pero él ya está comenzando con otra empresa, una historia que ofrece claves sobre como el sector ecotecnológico puede reinventarse en tiempos difíciles.
En 2005, Hines dejó su trabajo como ingeniero de la NASA para construir un nuevo, radical y poderoso tipo de colector solar de azotea. Pero aun después de tomar decenas de miles de dólares en inversión de capital semilla, su compañía, Soliant Energy, falló al final y su propiedad intelectual fue vendida, aparentemente bajo remate.
Ahora Hines se encuentra trabajando en otra compañía solar que él inicio llamada Thermata, la cual tiene un enfoque totalmente nuevo. En vez de tratar de reinventar el panel solar, está utilizando tecnología de concentración de energía solar térmica existente para satisfacer una necesidad empresarial específica: hacer vapor para calderas industriales. Además, en esta época, conseguir la financiación hace parte de un juego muy diferente al de 2005.
“Era una época en la que emprendedores ingenuos podían tener una excelente idea y conseguir financiación al momento. En este mercado, tener solo una excelente idea no te consigue inversores. Necesitas mucho más que eso” afirmó Hines. “Y en energía solar, los días en que la tecnología duplicaba su poder cada 18 meses se acabaron… no es como el negocio de los microprocesadores, donde puedes seguir duplicando la velocidad cuanto quieras”.
Ecotecnología Versión 2.0
Bienvenidos a la versión 2.0 de la ecotecnología. En la primera versión, los inversores de riesgo lanzaban miles de millones de dólares en tecnologías con el potencial de alterar la industria energética y detener el cambio climático. Ahora, los emprendedores deben ser más comprensivos sobre sus posibilidades de conseguir dinero y más inteligentes sobre cómo construir un negocio. En breve, la gente que quiere hacer bien al planeta y al mismo tiempo tener ganancias necesitará una nueva cartilla de instrucciones.
Lo que está en juego no es solamente si el siguiente Google saldrá del sector de la tecnología ecológica. No es la panacea a los problemas del mundo, pero la innovación en tecnologías energéticas limpias puede ayudar a animar las economías del mundo mientras se dan soluciones a problemas medioambientales y se reduce el consumo de combustibles fósiles. Si los negocios (los motores del desarrollo ecotecnológico) se debilitan debido a la inversión y a la falta de interés general, el ritmo de innovación puede desacelerarse.
La buena noticia es que los emprendedores se sienten aún atraídos por tecnologías de energía limpia, a menudo motivados por el deseo de trabajar en algo que valga la pena. Paro la realidad de los fondos de capital de riesgo es que los experimentos científicos probablemente ya no sean financiados por medio de esas fuentes. Además, los recortes proyectados en gastos de los gobiernos no presagian buenas cosas para aquellas tecnologías en etapa de investigación que necesitan ser financiadas.
En su lugar, la financiación podría provenir de múltiples fuentes, incluyendo a los mismos fondos de capital de riesgo, así la inversión puede tratarse tanto de modelos de negocio como de tecnología. Por ejemplo, la mayoría de los emprendimientos de energía solar más exitosos son instaladores que ofrecen concesiones solares, una innovación financiera que ayuda que los paneles solares de azotea sean más accesibles. Aun teniendo un gran avance técnico, como en almacenamiento energético o celdas de combustible, la gente necesita ser muy calculadora sobre cómo conseguir un punto de apoyo comercial.
“La primera ola ecotecnológica perteneció a los científicos de materiales. La siguiente pertenece a los emprendedores”, afirmó Rob Day, inversor en ecotecnología y analista de la industria. “Existe muchísima innovación tecnológica que puede hacer mejoras al actual sistema… los mayores retos no se encuentran en la tecnología, sino en su comercialización”.
Las compañías de ecotecnología más ambiciosas deberían adecuar su tecnología para que esta solucione problemas específicos y se resguarde de una forma que sea fácil y de bajo riesgo para los clientes en adoptar. La industria de los computadores aprendió esto hace años: en lugar de vender un PC, IBM se reinventó a si misma vendiendo paquetes de soluciones que incluían hardware, software y servicios, una estrategia que muchos otros copiaron (aún Apple).
Avance revolucionario frente a avance lento y continuo
Revisando solo una fracción de ambiciosos emprendimientos ecotecnológicos desde la década pasada hasta hoy se puede ver que las cosas suelen no salir como se planean. Empresas que están respaldadas por capital de riesgo no siempre representan innovación en tecnología ecológica, así como los laboratorios de investigación de grandes compañías son conocidos por innovar también. Pero esta ola (que algunos pueden llamar burbuja) de actividad de fondos de capital de riesgo creó grandes expectativas y comentarios sobre la idea de hacer dinero siendo ecológico.
La industria solar está viendo los peligros de competir en un sector donde creas un producto básico. Docenas de emprendimientos solares en Silicon Valley le han apostado a las células solares de lámina delgada, que continúa siendo una tecnología viable. Pero la avalancha de fabricantes chinos de células solares de silicio ha bajado el costo por vatio en cerca de 50 por ciento en los últimos dos años, complicándole el trabajo a compañías que no tienen un enfoque técnico ni procesos de manufactura económicos. Así el panorama, los analistas indican que vendrán tiempos difíciles.
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Otro objetivo popular de inversión son los
biocombustibles, que han fallado en escalar más allá de etapas piloto o en sobrepasar leyes estatales. Un triste ejemplo es Range Fuels, la cual el año pasado se aseguró 162 millones en subsidios federales, estatales y locales (Estados Unidos) para construir una planta de fabricación de etanol de viruta de madera producida localmente. La planta cerró a principios de este año después de desafíos técnicos que no pudo superar.
De manera similar, compañías de algas ofrecieron la irresistible idea de crear diesel de algas alimentadas con luz solar y dióxido de carbono de grandes contaminantes, tales como plantas eléctricas. Algunas compañías, incluyendo GreenFuel Technologies, han quebrado o reducido en tamaño sus plantas, las cuales no sacaban ningún beneficio por los inestables precios del petróleo. Muchos investigadores afirman ahora que otros 10 años de investigación y desarrollo son requeridos antes que las algas puedan ser sustitutas del petróleo a escalas realistas.
De seguro, continua habiendo algunos avances potenciales reales en tecnologías de este tipo. En energía solar se emprendieron 1366 planes tecnológicos para construir una planta de pruebas sobre una tecnología solar capaz de reducir considerablemente los costos de producción. Otros emprendimientos son Joule, empresa que está utilizando microorganismos para fabricar diesel, y PolyPlus Battery, empresa que está desarrollando una batería capaz de dar electricidad a los automóviles por cientos de kilómetros.
Pero habiendo dado muchos pasos en falso, no es sorpresa que los fondos de capital de riesgo estén siendo reticentes en otorgar financiación, particularmente a emprendimientos en etapas iniciales. En vez de esto, están poniendo su dinero en compañías en las que ya habían invertido o, en algunos casos, eliminando gradualmente sus inversiones en tecnología verde.
Nichos Gordos
Aunque ha habido decepciones (y probablemente vendrán más) sería un error dejar de invertir en ecotecnología bajo premisas de inversiones fallidas.
En primera instancia, un buen número de negocios de tecnologías verdes han crecido exitosamente y logrado hacer cambios en distintas sociedades. Es muy difícil decir ahorita, por ejemplo, si
Tesla Motors se convertirá en un negocio sostenible y rentable, pero su apuesta por los vehículos eléctricos ha sacudido la industria, desde
General Motors hasta
Toyota. Otras empresas son de más bajo perfil, como la compañía de algas Solazyme, la especialista en interconexión energética inteligente SilverSprings Networks y la compañía EnPhase Energy, fabricante de micro-inversores para paneles solares. Ellas están entre las compañías ecotecnológicas que pueden construir un negocio substancial y cotizarse en bolsas con buenos rendimientos.
También, los inversores se han vuelto más inteligentes y selectivos. Los fondos de capital de riesgo no están ya equipados para financiar aventuras que tomen 5 años de investigación y desarrollo y miles de millones de dólares para construir plantas. Los fondos aún están apostando en esta área, pero la financiación tendría que provenir de otro tipo de inversores dispuestos a quedarse por un buen tiempo. Dependiendo de la necesidad, las fuentes pueden ser fondos familiares, programas de investigación de los gobiernos, y potencialmente, reconocidos fondos de capitales privados. Las corporaciones grandes, tales como General Electric o Chevron,
son cruciales para comercializar a gran escala o, tal como hace Google,
actuar como clientes.
Mientras tanto, los emprendedores necesitan enfocarse en solucionar un solo problema de manera genial. No significa esto que la gente no debe ser ambiciosa y apuntar a Marte, pero los cambios ocurren gradualmente en el área energética (las leyes de la termodinámica aplican más en este caso que la Ley de Moore). Así que no es de esperarse duplicar el valor e impacto de Facebook o Groupon en tan solo un par de años.
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Apuntar a nichos específicos puede sonar menos emocionante o ambicioso, pero en energía, un nicho puede ser un mercado gigantesco. Como ejemplos se pueden nombrar a Amyris, una de las muchas compañías de biotecnología sintética que está enfocándose en crear biocombustibles, pero le está apuntando a la fabricación de químicos industriales porque esa es una ruta más despejada para llegar a la cima, y por otro lado, Digital Lumens ha hecho un ingenioso accesorio de iluminación LED apuntando solo a almacenes de cadena. Ese es un mercado considerable y dependiendo de su acogida, la empresa puede guiarse hacia otras aplicaciones comerciales.
Sin duda, Las regulaciones ambientales y las políticas industriales de los gobiernos hacen una diferencia impresionante, como se ha visto en el avance solar y eólico de China. Pero las prospecciones de legislación en energía limpia parecen confusas y las inversiones en investigación e infraestructura pueden ser reducidas. Los programas más cruciales para motivar la innovación están en investigación y desarrollo, en los cuales los gobiernos pueden apoyar lanzamientos a gran escala de nuevas tecnologías, como proyectos de energía renovable a escala utilitaria (servicio público).
También, los innovadores en ecotecnología necesitan tomar prestado mucho del mundo digital. Un enfoque que no ha sido explorado completamente, llamado Cleanweb, está utilizando el poder de las redes sociales y la tecnología móvil para ayudar a consumidores y negocios a ser más eficientes y a llevar un estilo de vida más ecológico.
Para tener claro, los avances técnicos en ciencias básicas se necesitan con urgencia y pueden cambiar la forma en que utilizamos la energía de forma dramática. Pero hay muchas formas en que las tecnologías de la información y otras tecnologías existentes nos pueden ayudar a hacer un uso más eficiente de los recursos naturales como el agua, la energía, los minerales, las tierras de cultivo y suelos para construcción.
Eso es exactamente lo que Brad Hines está haciendo en su nueva compañía. Thermata está uniendo tecnologías solares con soluciones de software ingeniosas para ayudar a grandes compañías industriales a ahorrar el dinero que de una u otra forma habrían gastado en gas natural para hacer el vapor necesario. No planea hacer el producto él mismo sino concesionar manufacturas para mantener bajos costos y contar con asociados de grandes corporaciones para que le ayuden a obtener clientes iniciales.
“vamos tras una tajada del mercado y a darle un nuevo propósito a invenciones que nos encontremos en el mercado. Así saldremos adelante en un año y medio”, afirmó Hines. “Aún hay dinero por hacer en negocios que parecen aburridos”.